La flexibilidad del combustible es crucial para minimizar el riesgo en la transición del sector de las telecomunicaciones hacia un futuro con cero emisiones de carbono
06 July 2022
Todos los sectores industriales se esfuerzan por conseguir un futuro neutro en carbono o con cero emisiones. Es lo que espera la sociedad, lo que exigen los clientes y lo que reconocen y aprueban los accionistas, como parte de la política medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) de una compañía. Para 2030, se estima que alrededor del 65 % de los automóviles en Europa estarán propulsados por vehículos eléctricos a batería (BEV, por sus siglas en inglés). Para 2040, se espera que el negocio de los camiones pesados siga el ejemplo, con sistemas de propulsión BEV para entregas urbanas locales de última milla y una combinación de BEV, gases bio-GNL y bio-GNC y celdas de combustible de hidrógeno para el transporte de larga distancia.
Según un informe de Environmental Finance, el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), impulsado por las redes de telecomunicaciones y los centros de datos, podría ser responsable de hasta el 14 % de las emisiones de carbono a nivel mundial en 2040, comparado con un 3-4 % en la actualidad. Se espera que la incorporación del 5G genere un nuevo y rápido aumento del uso de datos, y las investigaciones sugieren que el ecosistema 5G podría generar un aumento del 160 % en la demanda de energía para 2030.
Sin embargo, el sector de las telecomunicaciones ya se ha comprometido a luchar contra el cambio climático, con la publicación de un programa basado en la ciencia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el sector. "La industria de la telefonía móvil es uno de los primeros sectores principales del mundo en adoptar de manera voluntaria un objetivo basado en la ciencia para reducir las emisiones", declaró Mats Granryd, Director General de la Asociación GSM.
En un artículo publicado en las Noticias de Naciones Unidas sobre Cambio Climático comentó: “Nuestro sector será la columna vertebral de la futura economía mundial y desempeña un papel excepcional para alcanzar una economía de nivel neto cero. Un mundo descarbonizado será un mundo digital, de modo que debemos demostrar nuestro liderazgo y asumir la responsabilidad de impulsar acciones positivas contra el cambio climático".
Los operadores de redes móviles, las empresas especializadas y de servicios relacionados con la energía se ven obligados a considerar una amplia gama de potenciales soluciones, muchas de las cuales pueden ser sólo soluciones provisionales, o pasos en el avance del progreso tecnológico.
En el caso de las instalaciones de telecomunicaciones en las cuales no se dispone de red, o ésta es poco confiable, actualmente predominan los generadores diésel. Como en otros sectores industriales, ya hay opciones disponibles con nuevas soluciones en desarrollo. Los operadores de redes móviles, las empresas especializadas y de servicios relacionados con la energía se ven obligados a considerar una amplia gama de potenciales soluciones, muchas de las cuales pueden ser sólo soluciones provisionales, o pasos en el avance del progreso tecnológico. En lo único en que la mayoría está de acuerdo es en que habrá una demanda continua para reducir el carbono, sin olvidar la reducción de óxidos de nitrógeno (NOx), material particulado (PM) y otras emisiones de hidrocarburos.
Como afirma Nick Rawson, director de innovación de productos de Bladon Micro Turbine: "Los días en los cuales el diésel dominaba todo han terminado".
Cómo evaluar los riesgos
Cualquier transición que se aparte de la red y la mala dependencia de la red de los generadores alimentados por diésel está plagada de riesgos. Al ser los primeros en adoptar una nueva tecnología, siempre existe el riesgo de que la solución no sea la ideal. Sin embargo, aceptar el cambio demasiado tarde puede significar quedarse atrás, en términos de capacidad y experiencia, y tener que enfrentarse a una significativa inversión financiera para estar a la altura de los competidores.
Es probable que una tecnología innovadora requiera una gran inversión de capital, al menos al principio. El motor del cambio puede asimismo exceder el control de la compañía. Las empresas de telecomunicaciones no son responsables de la infraestructura requerida para sustentar un movimiento a gran escala hacia los combustibles alternativos. Por lo tanto, invertir en un suministro de combustible sobre el cual no se tiene ningún control está plagado de riesgos. Las celdas de combustible de hidrógeno y metanol de alto grado constituyen un ejemplo de una tecnología que está expuesta a factores externos que exceden el control del sector de telecomunicaciones.
Al mismo tiempo, los inversores pueden quedar expuestos a las decisiones del gobierno, que pueden cambiar. China, por ejemplo, está desarrollando rápidamente la fabricación y distribución de hidrógeno de acuerdo con la política del gobierno, pero es cierto que ese no es el caso de muchos otros países, en los cuales aún faltan décadas para lograr una red de distribución de hidrógeno viable. Por lo tanto, la logística desempeña un papel fundamental en cualquier período de transición, y cada solución potencial debe evaluarse de manera holística.
Un combustible concreto puede ser la solución al problema en una operación específica, pero si el coste de llevar ese combustible in situ es exorbitante, o ni siquiera posible, quizá la solución tecnológica en sí no sea viable. Esto aplica sobre todo en el caso del sector de las telecomunicaciones, que de hecho se encuentra sumamente distribuido en términos geográficos, a menudo en entornos difíciles.
Posibles opciones de combustible
De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, para alcanzar cero emisiones netas en 2050, la inversión anual en energías limpias en todo el mundo deberá triplicarse para el año 2030, hasta alcanzar unos 4 mil millones de dólares. Considera que la mayoría de las reducciones de las emisiones de CO2 desde ahora y hasta el año 2030, provendrán de tecnologías que ya están en el mercado. Pero, de acuerdo con la Agencia, para 2050, casi la mitad de las reducciones vendrán de tecnologías que en este momento sólo están en fase de demostración o prototipo. La capacidad de utilizar una serie de opciones de combustible a medida que avancemos será clave para reducir la dependencia en una sola tecnología.
El diésel ha sido el principal motor del mercado de generación de energía durante muchos años, y la constante adopción de normas más estrictas sobre las emisiones de gases de escape ha generado una significativa reducción de las emisiones de CO, CO2, PM y NOx en la última década. Sin embargo, como sabemos, el mundo está abandonando el diésel por razones medioambientales. Desde un punto de vista económico, como hemos visto recientemente con los fuertes aumentos mundiales del coste del petróleo, depender de una sola materia prima, como el diésel, para obtener energía de reserva o principal, expone asimismo a los sectores a las crisis de los precios de los productos básicos.
El biodiésel FAME (éster metílico de ácidos grasos) y el HVO (aceites vegetales hidrotratados) son alternativas vigentes al diésel que producen una huella de carbono mucho menor. Sin embargo, el FAME es un combustible difícil de utilizar de manera confiable en el caso de motores de pistón, aunque es fácil de conseguir, en particular en Asia. El HVO es un sustituto directo del diésel, pero su demanda es tan elevada que hay escasez de suministro y, a largo plazo, no habrá suficiente materia prima para que se convierta en una alternativa real para el suministro energético de las telecomunicaciones.
Para muchos, los biogases serán el siguiente paso, con una producción a gran escala de fuentes como el sector de residuos prevista para 2023. El biogás puede ser neutro en carbono y utiliza residuos que en este momento producen enormes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero. El biogás es fácil de fabricar, y se prevé que registre un importante crecimiento, sobre todo en las zonas en las cuales los residuos vegetales, animales o humanos son fáciles de obtener. Sin embargo, el biogás también tiene una escala limitada, lo que nos lleva al hidrógeno.
Si bien es cierto que el hidrógeno se está promocionando como el combustible del futuro, podrían pasar entre 5 y 10 años antes de que esté plenamente disponible, y bastantes años más hasta que sea una alternativa práctica para alimentar un generador de torre de telecomunicaciones en entornos no urbanos. El hidrógeno se tiene que comprimir, lo que consume energía, y su transporte requiere grandes tanques de alta presión. Incluso a esta presión, la sumamente baja densidad volumétrica del hidrógeno hace que un camión cisterna grande pueda transportar relativamente poca energía, lo que lo convierte en poco práctico para los lugares más remotos. Estos lugares tendrán que utilizar un combustible alternativo bajo en carbono, potencialmente FAME, HVO o biogás, según la aplicación.
Las energías renovables ofrecen una solución potencial en algunas partes del mundo. Las energías solar y la eólica pueden suministrar suficiente energía para operar instalaciones más pequeñas, en particular con baterías de respaldo, aunque pueden tener problemas a medida que la capacidad aumenta. Los generadores de energía con bajas emisiones de carbono pueden asimismo respaldar las fuentes de energía renovables, aportando un enfoque híbrido que permite mantener bajos los costos y las emisiones de carbono, pero manteniendo la confiabilidad crítica que requiere la infraestructura de telecomunicaciones.
Cómo reducir los riesgos
La flexibilidad será clave en cualquier periodo de transición. La capacidad de optar por diferentes combustibles para responder a la demanda y la oferta en desarrollo permitirá a los operadores a seguir el ritmo de la legislación cambiante, y suministrar una energía aceptable, sin grandes gastos de capital en cada etapa del proceso.
El generador de microturbina (MTG, por sus siglas en inglés) de Bladon es una solución escéptica, capaz de operar con una amplia gama de combustibles. La cámara de combustión modular de la microturbina se puede cambiar de manera fácil y rápida in situ, en menos de una hora en la mayoría de los casos, lo que ofrece a los operadores una solución eficaz y segura desde el punto de vista financiero para cumplir con una- legislación en constante cambio y la disponibilidad de distintos tipos de combustible. Esto elimina el riesgo de activos obsoletos abandonados o la incapacidad de obtener el combustible específico que requieren otros tipos de generadores.
La compañía, que en este momento puede funcionar con diésel, queroseno, parafina o HVO de bajo contenido en carbono, y mezclas de biocombustible FAME, ya está en una solución de hidrógeno, con un prototipo previsto para finales de 2022. Ya se ha desarrollado una cámara de combustión de biogás, a comercializarse en 2023. Esta capacidad de funcionar con una amplia gama de combustibles ofrece a las compañías de servicios energéticos y a las empresas especializadas una solución para múltiples emplazamientos con un único proveedor. Esto permitirá a los clientes, de hecho, utilizar la misma máquina base, con una extensa variedad de combustibles, en las torres de telecomunicaciones remotas de todo el mundo.
La flexibilidad será clave en cualquier periodo de transición. La capacidad de optar por diferentes combustibles para responder a la demanda y la oferta en desarrollo permitirá a los operadores seguir el ritmo de la legislación cambiante, y suministrar una energía aceptable, sin grandes gastos de capital en cada en cada etapa del proceso.
Con cientos de miles de torres sin red, o con una mala conexión a la red, el MTG se puede utilizar como fuente de energía principal o, cada vez más, como respaldo de una serie de soluciones renovables. Ofrece una seguridad total de la red y una solución a largo plazo, que puede seguir el ritmo de la transición hacia un futuro con cero emisiones de carbono. El MTG brinda flexibilidad en el uso de combustible, lo cual reduce el riesgo operativo y financiero y responde a las necesidades cambiantes de los clientes en todo el mundo.
Acerca de Bladon
Bladon Micro Turbine es una compañía pionera en el diseño, desarrollo, ingeniería y fabricación de grupos electrógenos de microturbina (MTG). Al combinar la ingeniería británica de renombre mundial y las avanzadas capacidades de fabricación con sus tecnologías patentadas, la compañía es el primer fabricante mundial de grupos electrógenos de microturbina para el mercado de las telecomunicaciones. El MTG de Bladon se fabrica en las nuevas instalaciones de ingeniería y fabricación de la compañía en Leamington Spa, en el corazón de la excelencia de la ingeniería británica.